Tradicionalmente las actividades económicas desarrolladas por los habitantes del municipio han sido la agricultura y la ganadería, que aún en la actualidad siguen siendo los principales pilares de la economía local.
De las más de 14.000 hectáreas de superficie del término municipal, el 28%, unas 3.989 hectáreas se dedican a cultivos. De entre los cultivos destacan los herbáceos (cereales, oleaginosas,...) y el olivar con 2.138 y 1.376 hectáreas respectivamente. En menor medida habría que hablar de los frutales, con una superficie de cultivo de 106 hectáreas y el viñedo, con 86 hectáreas.
De estos productos agrícolas mencionados, el último de los indicados, la vid, se encuentra en franco retroceso como lo demuestran las siguientes cifras: entre 1982 y 1989, en menos de una década, el número de hectáreas dedicadas al cultivo de la vid en el municipio ha descendido a más de la mitad, pasando de 212 a 86 hectáreas cultivadas, continuándose actualmente esta tendencia a la baja. Para esas mismos fechas indicadas la superficie de olivar también se vio mermada, pasando de 1.640 hectáreas en 1982 a 1.376 en 1.989, si bien en la actualidad esta tendencia se ha frenado con nuevas plantaciones, modernas e intensivas, de las que se esperan mejores rendimientos y calidad.
No siempre ha sido éste el porcentaje de superficie cultivada en el municipio, pues estos dos últimos siglos han conocido cómo aumentaban las tierras cultivadas, en detrimento de los montes y pastos. En efecto, la desamortización civil puesta en marcha por el estado liberal en 1855 hizo que muchos baldíos o bienes comunales, dedicados a montes y pastos, pasasen a manos privadas con su posterior dedicación a labores agrícolas (El Labradillo, El Palmar del Duque, Dehesa de Candón, etc.) Este fenómeno siguió en el siglo XX y aún puede apreciarse en la actualidad, especialmente en zonas como El Labradillo, Los Bebederos, Vallemontuoso...
Las explotaciones agrícolas del municipio suelen caracterizarse por su gran dispersión y poca extensión, de manera que la mayoría de los propietarios apenas cuentan con 5 hectáreas de tierras, al tiempo que se encuentran divididas en pequeñas parcelas alejadas unas de otras. Este fenómeno de la dispersión de las tierras es producto de la tradicional partición de la tierra por herencia, que actúa en la actualidad como un factor de estrangulamiento de cara a su rentabilidad, aumentando los costes de explotación y desplazamientos. Valgan los siguientes datos para hacernos una idea de este fenómeno, de las 614 explotaciones agrícolas existentes en el municipio en 1989, 439 tienen menos de 5 hectáreas, 61 no llegan a las 10 has, 57 reúnen entre 10 y 20 hectáreas, 27 explotaciones poseen entre 20 y 50 hectáreas y sólo 29 poseen una superficie mayor a las 50 hectáreas.
Existe en el municipio una larga tradición cooperativista en la explotación de sus productos agrícolas, especialmente en el cultivo del olivar. Esta tradición se inició en 1942 con la creación de la primera cooperativa oleícola que nacía en la provincia de Huelva; se trataba de la Cooperativa de San Bartolomé, cuyos buenos resultados animaron la constitución de otras nuevas. A ella le siguió en 1949 la Cooperativa de Ntra. Sra.del Reposo en Candón, la de Ntra. Sra.de los Clarines en Beas, creada en 1954 y, finalmente, la de Ntra. Sra.de Gracia, también en Beas, constituida en 1962.
El avance de los tiempos determinó la fusión de todas las existentes en el pueblo de Beas en diciembre de 1982, en una sola, que conservó el nombre de la más antigua, San Bartolomé, y las instalaciones de la más moderna. Por tanto, a partir de entonces sólo dos cooperativas trabajan en el sector del aceite de oliva en nuestro municipio, la de San Bartolomé, en Beas, que cuenta con 1.100 asociados, según datos de 2010, y la de Ntra. Sra.del Reposo, en Candón, con 179 socios. Beas es, de este modo, el único municipio de la provincia que cuenta con dos almazaras cooperativas. Ambas han iniciado recientemente un proceso de modernización de sus instalaciones con la implantación de un sistema continuo de molienda, que presenta frente a los modelos anteriores unas claras ventajas: menores costes laborales, mayor higiene, mayor homogeneidad del producto y, por tanto, una mejora de la calidad de los aceites obtenidos.
Cada una de estas cooperativas comercializa sus aceites con una marca propia: Olibeas en el caso de la Cooperativa de San Bartolomé (www.olibeas.com) y Ntra. Sra.del Reposo en el de la cooperativa de Candón.
Además de estas cooperativas, existen otras en el municipio para la comercialización de otros productos agrícolas, como son la Cooperativa Virgen de España dedicada a la producción de vino, y las cooperativas cerealísticas San Isidro, en Candón, y San Isidro, de Beas, para la comercialización de cereales y oleaginosas.
Las labores del campo no ocupan durante todo el año a una abultada población agrícola, por lo que esta se ve obligada a un traslado masivo de jornaleros a otros municipios del Condado y la Costa para la recogida de la fresa, cítricos y otros frutales. Suele ser este un desplazamiento diario en época de campaña que se inicia a primera hora de la mañana para regresar por la tarde. Es una emigración diaria en busca del sustento de muchas familias de jornaleros que tienen su residencia fijada en nuestro municipio.
La ganadería en el municipio se desarrolla básicamente en régimen extensivo, destacando la cabaña ovina. La actividad forestal es un complemento a la agrícola; se dedica especialmente a la explotación del monte para alimentar las necesidades de madera de la Empresa Nacional de Celulosa. Posee además algunos aprovechamientos cinegéticos en los montes municipales de los Baldíos de Beas, situados al noroeste del término municipal.
En la actualidad, sólo un 0,02% de la superficie cultivada del municipio están puestas en regadío en su mayor parte son tierras próximas a Candón. Existen otros proyectos futuros de puesta en regadío de una mayor superficie agrícola en el municipio. El agua procederá de pantanos actualmente en construcción o en fase de proyecto (Presas del Andévalo y Alcolea). Con la puesta en regadío de nuevas tierras existe la posibilidad de diversificar la producción agrícola de la localidad, introduciendo nuevos cultivos.
A diferencia de la agricultura y la ganadería, la industria y los servicios son los sectores de la vida económica del municipio que cuentan con un menor desarrollo y esta compuesto por: panaderías de carácter privado, talleres mecánicos, algunas carpinterías (madera y metálicas), supermercados y tiendas de comestibles, tiendas de tejidos, polveros, constructoras, inmobiliarias, guarderías y un gran número de bares y restaurantes. Cave destacar que desde hace unos años sea ha implantando nuevas empresas con bases tecnológicas (una empresa de informática y un huerto solar).
Podrían citarse otras dos actividades industriales tradicionales en el municipio, ahora en plena decadencia, la destilación de esencias y la alfarería de tejas y ladrillos.
Junto a esta industria alfarera existe otra en la localidad dedicada a la producción principalmente de piezas decorativas, en donde trabaja David Domínguez, un alfarero de reconocido prestigio.
Respecto al futuro, a pesar de que la tasa de crecimiento económico de nuestro pueblo es muy baja, existen razones fundadas para un futuro económico mejor para el municipio. Una de estas razones de esperanza viene dada por la oportunidad que le brinda la cercanía a la capital de la provincia, así como las buenas vías de comunicación con el sur de nuestra provincia, Sevilla, Portugal y la región extremeña. Otra de esas oportunidades viene condicionada por su rico entorno agrario, del que ya existen proyectos de puesta en regadío. Según los expertos económicos, el futuro de la economía local pasa por crear industrias agroalimentarias de transformación de los productos agrícolas, así como por mejorar los cauces de gestión y comercialización de los productos agrícolas. El principal obstáculo de cara a un mejor futuro económico puede estar en la tradicional mentalidad de nuestra sociedad agrícola, que muestra poca inquietud por la actividad empresarial. Precisamente uno de los objetivos de la Mancomunidad de Desarrollo Local Campiña-Andévalo, en la que está integrada nuestro municipio, junto con los de San Juan del Puerto, Trigueros y Valverde del Camino, y con sede en Beas, es conseguir una potenciación del sector servicios a través de la formación y el apoyo a nuevos empresarios.